Por: Jessica Ramírez Velázquez
Soy mujer, mucho más que sólo útero y ovarios, no me defino como acompañante inesencial. Soy emperatriz de pensamientos, cargando la autonomía en mi cuerpo.
¿Ser mujer?
Bastó significado de lucidez, reducida a una fragilidad, ya inexistente en mi andar.
¿Ser mujer?
Es una estupidez no pensar en mi, cómo lo absoluto, diferenciándose solamente mi alma con el mundo. Soy mujer, vestida de tormentas, resucitando de la guerra, levantando la voz y construyéndome en el amor. ¿Ser mujer?
Soy la autora de contradicciones y abstracciones, musa del conocimiento, y dueña del placer. Soy parte de la rebelión, considerada loca, puta, promiscua y exhibicionista. La que rompió las zapatillas de cristal, quién dejó de ser princesa con necesidad de salvación, para ser esa mujer con autodeterminación. Soy una más a la que desprecian, e infravaloran, soy una más que rompió el molde de toda una generación, soy a la que poco le importa la feminidad, la que expresa sus ideas, y sabe refutar una opinión.
¿Ser mujer? Soy la fuerza que abraza lo que hemos conquistado. Soy el caminar hacia el porvenir, soy quien cambiará la educación. La revolucionaria, la poeta, la artista, la brutal, la furtiva, la desgarrada, la mujer que escribirá para ellas y por ellas.
Soy mujer y calladita nunca me veré más linda.
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