Por: Lyz Nieto
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El ambiente hostil, inseguro y machista que se vive en muchos rincones y hogares del país, vuelve menos viable el mantenimiento de una ideología patriarcal que durante siglos ha dejado a las mujeres en un segundo plano, alejadas de las oportunidades y asignándonos roles con los que muchas de nosotras no comulgamos ni estamos dispuestas a seguir reproduciendo.
En los últimos años, la marea morada y verde han alcanzado rincones insospechados, este año fue desbordante, Estados donde históricamente no se realizan movilizaciones importantes y mucho menos de mujeres, miles de ellas tomaron las calles este ocho de marzo para gritar ¡ya basta!
Las movilizaciones fueron importantes y en todas las latitudes del globo terráqueo, las mexicanas decidimos no quedarnos impávidas ante nuestra realidad y conscientes de todo aquello que se vive en la periferia de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) y lo mal llamado provincia, decidimos que era momento para llevar nuestras consignas y nuestros reclamos a cada rincón en nuestras comunidades y nuestros Municipios.
Las mujeres texcocanas por nacimiento o decisión; hicimos lo propio, a través de diversas colectivas se organizó una marcha que significó un parteaguas para muchas de nuestras mujeres, la Calle Juárez se inundó de mujeres con pancartas, con pañuelos morados y verdes en sus cuellos o manos, gritando consignas para darle voz a todas aquellas mujeres a quienes se les ha arrebatado ese derecho. La postura es clara, es nuestro deber descentralizar el Movimiento Feminista, siendo conscientes de la inseguridad rapaz que se vive en el Estado de México, donde miles de mujeres han aparecido asesinadas en sus canales, tiraderos o baldíos, por esta razón es que este movimiento que busca dignificar a la mujer en todos los aspectos de su vida, puede y debe llegar a todos los rincones del Estado y del país.
Un día después de hacer nuestras las calles, las mujeres decidimos hacer una pausa en todo el trabajo que realizamos y que significa bienestar para nuestras familias y la sociedad misma, todo este trabajo que pocos reconocen, este trabajo no remunerado y que muchos consideran natural por nuestro rol de mujeres en la sociedad, lo que no entienden es que todas esas cargas son culturales, nunca naturales.
Este paro de actividades de mujeres, nos dejó ver otro gran reto de nuestro feminismo, llevarlo a las bases más populares y sacarlo de los recintos académicos y charlas de café, entender que muchas mujeres pudieron parar en sus trabajos, pues sus empleadores forzados a hacer lo políticamente correcto decidieron darles el día, no entendieron nada. Sin embargo, muchas de estas mujeres no pudieron parar en aquel lugar donde deberían de ser mejor tratadas: sus hogares. En estos casos que reflejan nuestra realidad mexicana, se entendió a la perfección aquella máxima del Feminismo: “Lo personal, es político”, aquello que ocurre dentro de nuestros hogares y en las cuatro paredes de nuestros dormitorios, es el resultado de la realidad que se vive en nuestra sociedad.
La pandemia por la actualmente transitamos, nos está demostrando que es imperante trabajar en estos dos aspectos desde el Feminismo, no es coincidencia que la Red Nacional de Refugios, haya atendido durante el mes de mayo a 11,131 mujeres, niños y niñas víctimas de violencia intrafamiliar y que Mercedes, una joven texcocana haya sido encontrada durante el confinamiento en una cisterna a escasos 500 metros de su casa, dos meses después de ser reportada como desaparecida.
Nuestro papel es crucial, descentralizar el Feminismo de la capital y acércalo a los ambientes más populares, no son acciones que debemos esperar se realicen fuera del movimiento, ni tampoco creer que vendrán de las instituciones, es un trabajo colectivo y sororo, que debemos realizar todas las mujeres adentradas en este movimiento y que, bajo el privilegio que nos ha dado el poder acceder a la Educación Superior en el país, debemos apoyar y ser un puente para todas aquellas mujeres que deseen acercarse al Feminismo, antes que convertirnos en yugo o juez, no todas las mujeres nacimos siendo feministas y no todas las mujeres se están sintiendo identificadas con el. Debemos transitar de los conceptos feministas y la teoría, a la practica cotidiana de la sororidad, el respeto mutuo y el acompañamiento en colectividad de nuestras preocupaciones cotidianas.
“Otros datos” de la Red Nacional de Refugios confirman aumento de violencia familiar. Consultado en https://cuestione.com/detalle/a-fondo/“otros-datos”-de-la-red-nacional-de-refugios-confirman-aumento-de-violencia-familiar el 3 de julio de 2020.
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