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¿El amor es un acto político?

Lo personal es político y el amor no es la excepción. Cuantas de nosotras no crecimos escuchando el “Vivieron felices por siempre” el patriarcado nos socializó y educó a tal grado que si él príncipe azul no venía a salvarnos, nosotras mismas lo buscaríamos, lo encontraríamos y este estaría dispuesto a amarnos por todo lo que le retribuiríamos, sin importar el dolor, la traición, el engaño y todo el sufrimiento en conjunto; todo con tal de sentirnos amadas y vivir nuestra propia historia dónde salen fuegos artificiales y se derrocha amor. Este sentimiento se apodera tanto de nosotras que es lo único que buscamos, el amor, el ser y sentirnos amadas por nuestra pareja y conseguir la monogamia, nadie nos dice que a diferencia de nosotras expresando y sintiendo amor sin avergonzarnos de dicha práctica, los hombres no están preocupados ni un poco por vivir “el felices por siempre” están tan despreocupados que por eso también creemos que el amor verdadero todo lo puede y no importa cuanto se sufra en algún punto los hombres se darán cuenta de que están haciendo las cosas mal y nos amarán con la misma intensidad y es aquí donde comienza el amor como acto político. Flores, chocolates, globos y la sensación de que el amor lo respiramos por un día es por lo que pasamos cada 14 de febrero o es una costumbre con tres elementos principales

1) la mercadotecnia

2) el capitalismo y

3) el patriarcado que claramente esos elementos nos consumen diariamente, pero démosle un plus en ese día. El día del amor y la amistad se celebra en honor a San Valentín, un médico que se convirtió en sacerdote por allá del siglo III en Roma, para casar a los soldados romanos en secreto del emperador, pues este consideraba que los solteros eran mejores combatientes. Después de leer los antecedentes históricos llego a mi mente una pregunta que apuesto que más de una nos hemos hecho a lo largo de nuestra vida,

¿qué es el amor?,esta pregunta se torna aún más interesante cuando la respuesta es dada y vista desde dos vertientes, desde la vertiente de hombres y de las mujeres; para Erich Fromm “el amor es dar sin esperar nada a cambio, y el dar no es quitarse algo o privarse de cosas, sino que es compartir lo mejor de sí mismo o lo más precioso del ser mismo con otra u otras personas” (Fromm E., 2007). Así mismo para Katherine Hepburn “El amor no tiene nada que ver con lo que esperes obtener sino que sólo con lo que estás esperando recibir, lo cual es todo. “

La diferencia entre ambos autores es notable, aquí es donde las gafas moradas hacen su efecto y todo pasa a ser personal y político. No me sorprende que históricamente a la mayoría de las mujeres nos hayan educado para sostener la misma idea sobre el amor Justo como lo plasma Katherin; ¿para las mujeres que implica el amor? es ESPERAR para posteriormente “recibir todo”, hago especial énfasis en la dicha palabra, ya que somos educadas para esperar al príncipe azul, este que viene cargado de patrones e idealización para finalmente recibir todo: todo su amor, toda su atención, todo su afecto... esto es como subirte a la montaña rusa, Justo antes de que termine el tiempo del juego se termina consigo la diversión y viene la criminalización a nuestros sentimientos, sentir mucho es solo un signo de lo locas, dramáticas y desesperadas que estamos según los hombres. Todo el tiempo el constructo del amor romántico nos consume más a las mujeres que a los hombres, recuerdo mucho mis clases de sociología tomadas en la universidad, donde se estudiaba el comportamiento de la sociedad, incontables veces se señaló que el hombre adoptaba conductas y las normalizaba sin importar lo dañinas que pudieran llegar a ser estas, por eso es más que normal que los hombres disfruten e inciten al poliamor, que evadan su responsabilidad a la hora de formar lazos sexo/afectivos o que con mucha facilidad engañen a sus parejas y además teniendo el juicio de la sociedad diciendo que es “normal, es lo que hace un hombre”.

¿Pero por qué nosotras somos las que sufrimos si no hacemos otra cosa más que amar? Llegamos a este mundo para creernos el cuento del “vivieron felices por siempre”, el mito de las medias naranjas, las relaciones monógamas perfectas, que el amor todo lo puede, que sin una pareja no puedes estar “completa” esto solo fomentando relaciones violentas, insípidas, sin respeto y con todo lo negativo excepto el amor, hemos sido socializadas para ser las salvadoras de los hombres, las cuidadoras, las que aman sin importar nada, esto está tan implantado en nosotras que somos capaces de sentir por el otro y creer que sin su amor no somos nada, pero, ¿quién lo dijo?, ¿cómo o cuándo esto se estableció? ¿Por qué permitimos esta situación? La respuesta es simple, el monstruo que no nos deja y consume nuestra felicidad, logros y nuestra vida entera, sí, estoy refiriéndome al patriarcado, el patriarcado haciéndonos creer que el hombre malo de pronto se convertirá en bueno, el patriarcado marcando que es más importante tener un “vivieron felices por siempre” antes de algún logro personal, el patriarcado siempre poniéndonos en desventaja y es que, ¿cómo no repetirlo?, ¿cómo no seguir este modelo? Esta tan interiorizado en nosotras que está en lo que vemos, escuchamos, platicamos y hasta en lo que soñamos...cómo omitirlo si hasta Cristina Yang de grey’s anatomy nos demuestra tal efecto, el efecto del amor romántico cuando sigue amando a Owen a pesar de su nula responsabilidad afectiva, lo violento que fue en más de una ocasión y el cómo no supo canalizar el hecho de entender que Cristina era dueña de su cuerpo y era su elección no tener hijos, hablemos también de Blair Waldorf en gossip girl y de su evidente relación tóxica, manipuladora y chantajista que llevaba con Chuck Bass y cómo ella está dispuesta a dejarlo todo con tal de ser amada por él, no le bastó con que la cambiara por su hotel y la chantajeara emocionalmente en más de una ocasión, veámoslo en esa amiga que se desvive por su pareja que la violenta en mayor o menor grado y la hace llorar todos los días pero ella aun así lo ama y está dispuesta a darlo todo por ser correspondida. Grandes mujeres todos los días desviviéndonos por el amor, el amor romántico y la falsa idea de que el hombre malo un día se despertará y será bueno, o nos amará con la misma intensidad o tendremos algún valor mínimo en comparación con el valor que nosotras le hemos otorgado. Y no, no juzgo a las mujeres, ni pretendo señalar a ninguna con los ejemplos expuestos con anterioridad, la culpa no es nuestra sino del constructo social en el que crecimos donde se nos enseñó a amar patriarcalmente.

Una cosa es clara el sexo y el amor son para disfrutarse, durante años nos hemos privado de dichas prácticas, erradicar la idea del amor romántico se dice fácil, la práctica y la reivindicación de los comportamientos es lo difícil, pero no imposible, debemos permitirnos conectar con nosotras, sanar y nombrar en voz alta nuestra libertad, señalar lo que nos incomoda y lo que ya no estamos dispuestas a soportar, se da por terminado la espera del príncipe somos las propias heroínas de nuestra historia, damos paso a ser intensas y amar de esa forma, de nombrar nuestras emociones sin ser tachadas de locas exageradas o dramáticas, damos paso a crear lazos sanos y de cuidado por y para nosotras.

“La revolución amorosa ya está aquí, dentro de ti, dentro de nosotras. Somos cada vez más, nada nos va a parar”. Y que lo romántico deje de ser político. REFERENCIAS Hepburn, K . (Desconocido ). Migajas de amor. Desconocido: Desconocido . Fromm, E. (2012, Marzo). El arte de amar. Club Ensayos: Desconocido. Herrera Gómez, C. (2018). Mujeres que ya no sufren por amor. Catarata: Catarata.


Michel Marin Licenciada en Ciencias de la Comunicación “Que nada nos limite. Que nada nos defina. Que nada nos sujete. Que la libertad sea nuestra propia sustancia” IG: __ aloap___




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