Entrevista a Sara Curruchich
- Las Libres Revista
- 17 dic 2020
- 12 Min. de lectura
Por. Marina Daowz
Soy una mujer originaria de San Juan Comalapa, Chimaltenango, tengo 27 años, recientemente cumplidos también, soy una mujer maya Kaqchikel, esto no es algo que solamente me llena de orgullo sino que me hace pensar en cómo hay un vínculo muy fuerte con la ancestralidad de mi pueblo y mis raíces, creo totalmente en la música como una herramienta que puede articularnos como mujeres indígenas, pero también es una manera para poder acompañar y poder acuerpar, es decir incluso para poder sanar. Creo totalmente en eso, me gustaría también compartir que siento que hay una terquedad en la esperanza de saber que con ella, muchas de las cosas pueden cambiar entonces se podría decir que me considero una terca de la esperanza.
¿Cómo fue el proceso de iniciación con la música?
A mí me gustó mucho la música desde que era niña, desde que tenía 5 o 6 años, ya que hay un parteaguas de la relación que tengo con ella, uno de los acercamientos más grandes fue con mis padres, pues casi diariamente, de hecho todavía sucede en la actualidad, mi mamá suele cantar bastante y muchas veces va improvisando las canciones, lo cual es algo hermoso poder escucharla, y en el caso de mi papá, el sí tocaba un instrumento musical, solamente que el falleció cuando yo tenía 9 años y pues esto sin duda es la perdida física de un ser querido, lo que siempre impacta mucho en la vida de las personas, en este caso esta situación también me hizo darme cuenta que en ese momento no quería hacer más música porque me traía más recuerdos de mi papá, pero obviamente también eran sentimientos de tristeza, porque ya como comentaba al ser el primer acercamiento con ella y con él con la música, pues la música también era parte del acompañamiento de ellos dos junto con otros compañeros y compañeras para visitar a personas que estaban enfermas en el pueblo y cuando llegaban a hacer música yo les acompañaba, me llevaban, las personas que estaban enfermas, tenían expresiones de angustia, de preocupación de dolor, pero al momento de hacer música, las personas cambiaban sus gestos, se sentía algo diferente, una alegría por parte de ellos, y quizá en ese momento no lo sabía, solo presentía que algo estaba cambiando pero exactamente que era no lo sabía con exactitud.
Con el paso del tiempo siempre me quedó el anhelo y el deseo de hacer música, de poder hacer feliz a alguien, pero fue hasta el 2009 que yo logre comenzar a estudiar música en una escuela de la capital, de la ciudad, eso me obligó a migrar también… aquel importante viaje a la capital y el enfrentarme a ese contexto que es un contexto que no es el tuyo, son contextos en donde la gente te puede ver mal, en donde la gente te dice comentarios groseros, no solamente por ser mujer, sino por ser mujer indígena, hasta que después me di cuenta que esas prácticas, esos discursos que repetían las personas, eran parte del racismo que estaba tan enraizado en las cotidianidades de la sociedad, el enfrentarme a esas situaciones si comenzó a calarme, no solo en mi cuerpo sino en lo espiritual que es algo bastante difícil, aunque nunca te vas a acostumbrar a la violencia, porque a la violencia nunca te tienes que acostumbrar, entonces yo comencé un proceso, si quizá yo tuve un lapso de tiempo en el que me desconocí como una mujer indígena, como una mujer maya, porque era tanto el racismo con el que me enfrentaba casi a diario, que dije no yo ya no quiero, si de esto se trata estar aquí por ser mujer indígena, yo ya no quiero hacerlo. Entonces deje de usar mi traje, deje de hablar mi idioma y lo doloroso es como muchas de las personas te aceptan por el simple hecho de que dejes de utilizar tu indumentaria, te comienzan a aceptar, a involucrar, te empiezan a tratar de una manera más amable, comienzan también a relacionarse más contigo y todo esto también va dejando reflexiones sobre cómo es posible que la gente se porte así, pero antes cuando portaba mi traje, no se comportaban de esa misma manera y eran frases, palabras, mensajes y miradas que eran bastante frecuentes los que me llevo a tomar esta decisión, hasta que en un punto en un lapso de tiempo quizá de 9 meses tuve en varios momentos una mirada hasta nuestra profundidad misma en que yo pensaba que avergonzarme de ser quien soy, es avergonzarse de mi familia, de mi mamá y yo no me voy a avergonzar de ella, esto es lo que yo soy, entonces eso fue lo que me hizo pensar y cuestionarme.
Yo me encontraba con muchas mujeres indígenas en la capital y pensaba, todas las demás hermanas están a pie de lucha, combatiendo, animando no solamente por los derechos de ellas sino por los derechos de las mujeres indígenas y mis abuelas y mi mamá han pasado situaciones mucho más difíciles y ellas nunca dejaron de caminar y dejar de nombrarse, entonces volví a utilizar mi indumentaria, a volver a hablar mi idioma y no me avergüenzo de compartir ese proceso porque ese me dio la fortaleza de decir “ahora yo soy una mujer indígena, esto es lo que soy, estas son mis raíces, esta es mi identidad y esta es nuestra lucha en contra de un sistema colonialista, patriarcal, clasista también y por supuesto racista” y eso mismo me llevó a comenzar a escribir canciones, en el que también la música cumplía una función muy importante porque me hizo reencontrarme con mi ser, con mi profundidad que me relacionaba con mi pueblo, con mis abuelas, mis ancestras con mi mamá, y bueno yo también decía “si puedo escribir una canción que pueda acompañar a una niña, a una joven de mi comunidad o de algún otro lado que sepa que no está sola en este camino, entonces lo voy a hacer” y pensar en eso en la defensa de la tierra, como ese vínculo tan importante que tenemos como pueblos originarios, fue exactamente lo que me llevó a escribir sobre eso.
Entonces podrías decir que la base de tu inspiración, se fundamenta justamente en esta introspección que haces sobre tus raíces.
Si exactamente y el cuestionamiento también sobre el mismo sistema en el que estamos viviendo que reproduce las mismas actitudes machistas y racistas.
No hay que acostumbrarse a la violencia, sino que tenemos que encontrar esta fuerza, ese fuego interior, pero también desde la fuerza compartida y el fuego compartido con nuestras demás hermanas, eso es algo muy importante, ese vínculo con la solidaridad y el acuerpamiento.
Eres la primera cantautora guatemalteca que exalta la lengua kaqchikel pero ¿Cómo te hace sentir esto? Ser el ejemplo para las niñas y las mujeres que te escuchan.
Primero que nada, si alguna de mis canciones ha nacido con este sentir de un abrazo hacia mi espíritu o hacia mi ser, esta misma sensación la puede tener una niña u otra mujer, otra hermana, ese es el regalo más grande que podemos tener, porque es así como podemos compartir la fuerza que te comentaba y yo me siento contenta y feliz porque las canciones han nacido para eso, para que también se pueda tejer, acompañar a otras personas y si hay quienes se sienten representadas con las canciones, con la música eso simboliza una de las cosechas más hermosas que podemos tener y también si es asumir una responsabilidad, porque sabes que no solo vas a estar hablando sobre lo que tú estás viviendo sino que también vas a compartir muchas otras historias, por ejemplo que aunque no las hayas vivido directamente son las historias de tu pueblo y de las luchas de otros pueblos, eso también nos coloca en el plano de la responsabilidad de compartir la certeza, compartir también los acontecimientos que están sucediendo en nuestro país, en Guatemala en este caso específico.
¿Cómo fue tu trayectoria de manera artística cuales fueron los primeros inicios?
Yo compartí mis primeras dos canciones en el 2013, en mi pueblo, eran dos nada más, con el paso del tiempo me comenzaron a invitar a cantar a escuelas, a festivales que se comenzaban a realizar y de esta manera fue como también alguien grabo un video, quien fue no lo sé, pero lo compartió en YouTube, entonces coincidió en ese momento con que la Orquesta Sinfónica de Dresde estaba pensando en hacer un tributo de honor desde la música hacía el códice maya que está en Dresde, ellos planeaban hacerlo en diciembre del 2012 justo cuando se hablaba del cambio de era, del nuevo Katun y entonces me invitaron a cantar con ellos; fue así como yo viaje a México el cual fue el primer país que conocí. Yo volví a participar con ellos en el 2014 y fue en ese año que me preguntaron si yo tenía canciones propias, el director me preguntó y me dijo si podía cantar una canción, entonces yo lo hice y a los dos días me dicen “vamos a irnos a un viaje” pero sin contarme nada en específico y cuando llegamos al lugar, este era un estudio de grabación cuando me dijeron “vamos a grabar tu canción” y entonces ese fue un regalo maravilloso porque fue un parteaguas también a nivel nacional sobre todo, pues fue hasta el 2015 que ya teníamos la canción grabada, el video también en el estudio y así compartí la canción en el 2015 Ch'uti' xtän (Niña) y así fue como lo compartieron varios medios de Guatemala, y muchas otras personas me empezaron a conocer, me empezaron a invitar a festivales que se organizaban en comunidades, en los pueblos y de ahí comencé a tener más fuerza en la proyección del trabajo, del proyecto como Sara Curruchich.
¡Que bien que hayas viajado para Mexico! ¿Qué te pareció?
Me gusta mucho Mexico y uno de los sueños es también conocer todos los pueblos de Mexico, este año estuve el 7 de marzo en el zócalo en el festival “tiempo de mujeres” junto a Anna Tijoux y Mon Laferte lo cual, fue una experiencia con muchísima energía, porque también la gente tenía claro el acompañamiento entre sí, el unir las voces, exigir justicia para todas esas mujeres, para sus hermanas, sus amigas y familias, y ese concierto además de ser muy grande e inmenso en energía también representaba una fuerza extrema. Estuvimos en el Foro del Tejedor y esas han sido las veces que he ido a Mexico, espero que sea pronto el regreso.
¿Cómo viven las mujeres el feminismo en Guatemala?
Quiero iniciar con que históricamente los grupos de acompañamiento entre mujeres siempre han existido y las luchas también que se han tenido en las comunidades; vemos a muchas mujeres organizadas que están luchando por la tierra, por sus derechos para que puedan tener acceso a un puesto político publico pero personalmente comencé a escuchar más del movimiento feminista y del posicionamiento quizá hace unos 3 o 4 años, yo recuerdo que cuando era adolescente no lo escucha aquí pero a mí me parece muy interesante y me gusta mucho de hecho hacer este cuestionamiento porque muchas de las mujeres si se asumen como feministas desde sus comunidades, entonces mucho del feminismo que se vive en las comunidades, es feminismo comunitario aunque muchas otras colectivas y organizaciones de mujeres no se reconocen como feministas pero si mantienen una lucha por los derechos de las mujeres por todo lo que tenga que ver con nuestras vidas, con nuestros cuerpos, con nuestra sanación y esto es lo interesante, ya que hay muchas redes y cada vez se van fortaleciendo, esto nos alegra mucho, ya que esto es bastante importante porque aún hace falta acuerpar, acompañar y denunciar sobre todo.
¿Cómo consideras los espacios musicales siendo una mujer indígena? ¿Crees que son limitados?
De hecho sí, el espacio artístico es un espacio machista también, vemos a muchas compañeras a muchas mujeres que están incursionando o que llevan todo un trabajo pero, si de por si el trabajo del artista no se reconoce, el trabajo de una mujer artista pues se reconoce mucho menos, entonces a las mujeres nos toca luchar, posicionarnos y decir “este es mi espacio, me corresponde es mi derecho como mujer el estar aquí” y como mujer indígena encima de tener que luchar contra el machismo que está bastante presente, tenemos que luchar en contra del mismo racismo y es una triple carga la que llevamos porque te enfrentas a comentarios tales como “no puedes estar ahí porque sos mujer” “sos débil” “no puedes estar ahí, eso es cosas de hombres” y encima de esto, las mujeres indígenas solamente tenemos que estar destinadas al servicio de otras personas, en otros diferentes trabajos que no son reconocidos o dignificados, por ejemplo hay muchas mujeres que tienen que migrar a la ciudad a trabajar a las casas, además de la esclavitud y la explotación laboral que se sufre, muchas veces en este imaginario de los sectores artísticos, creen que como mujer indígena tu lugar no es ese, sino el estar al servicio de otras personas, entonces es de nuevo el posicionarte y decir “Este es un lugar, un espacio en el que muchas otras mujeres han trabajado, es nuestra voz y la vamos a ocupar” entonces de una manera más general, si es notable el machismo en el ámbito artístico musical. Por eso vemos que en los festivales o en los carteles hay puros nombres de hombres con bandas y cuando ven a alguna mujer se sexualiza mucho su presencia y no se valora su capacidad o fuerza sino que lo primordial es la sexualización de su cuerpo, por ello también hay que luchar en contra de eso, en nuestro caso en contra del racismo que también muchas veces dicen “ah que linda es una mujer indígena que está cantado” pero es porque se ve bonita con los colores y entonces creen que somos objetos y no sujetos.
Cuéntanos de tu playlist de spotify
Esta lista musical se llama “Voces de mujeres indígenas” es una lista de mujeres indígenas que reúne hasta el momento 40 compositoras, cantantes de todo el mundo, cantantes indígenas.
Esto de entrada quizá para muchas personas puedan decir “Cualquiera puede hacer una lista de Spotify” que si lo podrán pensar pero realmente para nosotras como mujeres si representa algo muy grande, estar visibles en diferentes plataformas compartiendo nuestra música, estando en articulación y decir “esta es nuestra propuesta existimos seguimos caminando, ya no vamos a callar ya no vamos a parar” porque aparte que es nuestro derecho tambien es algo que tenemos que seguir nombrando, a nosotras mismas, a nuestros pueblos, a nuestras identidades, a nuestras raíces y entonces surge esta idea de hacer esta lista musical de mujeres indígenas como una manera de visibilizarlas hacia todo el mundo y tambien como una manera de articulación y fortalecimiento de una red como cantautoras. Contado algo más a profundidad, algo que a mí me parece impresionante es que yo conocí muchas canciones de la música de las hermanas que están en la lista pero a ellas no y algo que a mí me impacto mucho es que la mayoría, sino que es todas, están hablando en sus canciones de la tierra, de los derechos, de su cuerpo, de su espíritu, de sus raíces y eso es algo que está bastante presente en todas las propuestas, ya que esto es una manera de reflexión de cómo es ese vínculo y cómo es que las mujeres indígenas son una parte fundamental no solo en sus comunidades y espacios como transformadoras de la sociedad, sino como sembradoras de esperanza, fuerza, historia y de memoria y así con ello nos encontramos con muchas historias de las cuales hubo una en específico que me impacto mucho y es de una de las hermanas que hablaba en sus canciones de cómo es importante romper el ciclo del racismo, como tenemos que abrir los espacios y ella recibió tanta violencia, fue tan duro que ella se suicidó el año pasado, entonces nos encontramos frente a todas las sociedades que siguen reproduciendo el machismo, pero el racismo que en su nombre se ha llevado muchos crímenes de odio y en este caso, en caso de ella prácticamente la consecuencia de todo lo que había vivido es un asesinato, aunque no hay un nombre, si no que fue toda una multitud que contribuyó a que se tomaran esas decisiones y ¿Cómo es posible que eso siga pasando? seguimos escuchando la música de ella, la música que no sabía que en Australia había pueblos indígenas y hay cantantes que están haciendo música teniendo su propuesta de esta manera y para mi es algo necesario, que nos sana y que es un paso frente al racismo, al capitalismo y al machismo que también quiere mantenernos invisibilizadas como mujeres indígenas, entonces estoy muy contenta con la playlist y de haber tenido que contar con el apoyo de Spotify también para la promoción, ya que es un paso muy bueno que se valora mucho y esperamos que se siga reproduciendo y que haya más y más autoras porque hay tantas mujeres con voces que todavía no están en plataformas digitales pero esperamos que todavía las podamos escuchar.
¿Cuál es tu último proyecto?
Por el momento yo tenía una gira planeada en Europa para hacer una presentación de mi disco “Somos” también una gira que tenía planeada en 20 comunidades de aquí de Guatemala para hacer la promoción del disco; tuvimos que cancelarlas pero esperamos que podamos retomarlas cuando el tiempo lo permita, pero por el momento vamos a comenzar en un par de semanas a grabar las maquetas para el segundo disco, esperamos que todo fluya bien, que haya buenas energías, que el tiempo también nos permita seguir trabajando en eso, es lo que te podría adelantarte porque es lo más cercano. Hay algunas otras colaboraciones musicales que tengo con otras artistas que estamos preparando también de Guatemala y con una artista argentina y pueden encontrar mi música en las diversas plataformas como YouTube, Spotify, Amazon en iTunes y también en mis redes estoy como Sara Curruchich en Instagram, Facebok y Twitter.
¿Cuál es tu canción favorita?
Puedo mencionar que he estado escuchando mucho a Miss Bolivia y a Sol Pereyra es un poco complicado escoger una sola canción porque si son varias las canciones que me gustan, pero si hay una mía que sería “Abriendo la voz” ya que hay muchas personas que dicen o nos dicen que las mujeres tenemos que seguir calladas, que muchas de las cosas que decimos no nos corresponden porque lo tenemos que hacer es seguir con un patrón de sumisión y en el caso de nosotras como mujeres indígenas he recibido muchos mensajes en mis redes en donde me dicen que deje de hablar del racismo porque no existe, que deje de hablar de las violencias porque tampoco existen, y también he recibido mensajes con contenido más fuerte que buscan amedrentar pero al final estamos aquí compartiendo nuestra voz que es muy importante y pues no vamos a permitirlo, no vamos a callar más, entonces sí puedo escoger una canción de las mías sería esa.

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