¿Por qué el 25 de noviembre? El 25 de noviembre de 1960, Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, eran asesinadas en República Dominicana, por el régimen del dictador Rafael Leónidas Trujillo. Las tres hermanas marcaron la historia al encabezar la lucha política contra el gobierno represor del entonces presidente. Ellas significaban un peligro latente para la permanencia de Rafael Trujillo en el poder, así que, a través de un plan, sus fuerzas las emboscaron en un camino, las golpearon y las arrojaron a un barranco, con la intención de que esto pareciera un accidente. Este texto es en memoria de Minerva, Patria, María Teresa Mirabal y todas las mujeres que lucharon hasta que este sistema les arrancó la vida. A dos horas de haber nacido mujer en esta parte occidental del mundo, ya me habían perforado los lóbulos de las orejas; ya existía una expectativa sobre mí; sobre lo que sería capaz, o no de hacer en este mundo. Cuando Simone de Beauvoir dijo, “No se nace mujer, se llega a serlo” la frase NO terminó ahí. La continuación fue la siguiente. No se nace mujer: llega una a serlo. Ningún destino biológico, físico oeconómicodefinelafiguraquerevisteenelsenode la sociedad la hembra humana... De manera histórica, la sociedad se ha encargado de determinar lo que las niñas y mujeres haremos por el resto de nuestras vidas. Vivimos en un sistema patriarcal, capitalista, violento y opresor. Donde la respuesta al porqué de los 10 a 11 feminicidios al día en México, es la misoginia. Las mujeres vivimos marginación, discriminación y violencia por razones de sexo. sí, por nacer con una vulva. Estamos expuestas a vivir la explotación en muchos ejes, porque hay todo un sistema que legitima los tratos degradantes hacía la compra y venta de “nuestro cuerpo”, así, con comillas, porque la mujer no es separable del cuerpo. La feminización de la pobreza es evidente cuando pensamos en aquellas que migran, aquellas que “alquilan el vientre”, ellas que bailan en centros nocturnos o quienes se prostituyen exponiendo su vida. Esto sin olvidar al neoliberalismo, cuando se disfraza de feminismo en la prostitución de élite. A través de un discurso “empoderamiento” y “autogestión”, vendiendo tus fotos y/o compañía. ¿Qué tan “libre” es la elección cuando el hambre se atraviesa? ¿Qué tan “libre” es la elección cuando el producto eres siempre tu? A pesar de la existencia de diversas legislaciones y protocolos, locales, nacionales e internacionales, que prohíben la violencia hacía nosotras, las prácticas misóginas aún no cesan. La mutilación genital femenina aún no se ha erradicado, elmatrimonio infantil aún existe, miles de niñas al vivir su primera menstruación son aisladas de sus familias y le niegan el acceso a la educación. También podemos hablar de los “ámbitos privados”, aquellos que nadie ve. Nosotras las que hemos tenido que callar miles de veces para no incomodar, las niñas y mujeres quienes fueron víctimas de abusos sexuales y tuvieron que vivir con ello por miedo a la revictimización y a que nunca les creyeran, las mujeres discriminadas en los trabajos por ejercer su maternidad, las madres profesionistas, que no pudieron despegar su carrera por maternar hijos e hijas y una pareja que nunca pudo ejercer su paternidad de manera completa y/o responsable, las mujeres que tienen que lactar en los baños donde no sean vistas, para no incomodar a esos mismos ojos, que también ven pechos, pero para una satisfacción sexual, nosotras las que abortamos en silencio y en la clandestinidad, aquellas quefueronniñasymujeresobligadasaparir,lasmadres que vivieron violencia obstétrica una o varias veces. todas las que habitamos este mundo, donde todos los cuidados que realizamos nunca son remunerados y son vistos como algo inherente a nuestro sexo; Hoy somos subestimadas sólo por ser mujeres. En este mundo donde el 70% de la pobreza mundial la viven las mujeres, donde somos 66% de la fuerza laboral mundial y sólo el 1% que posee propiedad. Somos aquellas las que ahora no quieren nombrar, a las que ahora quieren invisibilizar, callar y matar. Hoy en día ser mujer, nombrar nuestras vivencias y procesos, nos ha puesto como “las malas del cuento”. Nombrémonos, nombremos las violencias que nos atraviesan que ninguna violencia que hayamos vivido es un hecho aislado, no es un caso aparte, no merecemos vivir en la sombra, merecemos ser nombradas con todas sus letras. M-U-J-E-R-E-S. Porque todo lo que no se nombra, no existe. LAS MUJERES EXISTIMOS, POR QUE RESISTIMOS.
Frida S. Licenciada en Relaciones Internacionales. Analista de políticas públicas de seguridad y justicia con enfoque en derechos de las niñas, mujeres y grupos vulnerables.
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