Por América Trejo
Louise Bourgeois (1911 - 2010) fue una escultora francesa, nacionalizada estadounidense de éxito mundial. Reconocida por sus esculturas provocativas que rosan en una obra autobiográfica alrededor de la intimidad familiar. La artista basó su obra en sus traumas de la infancia, en la familia, en el dolor y en general, en la intimidad a través de metáforas desde la casa familiar hasta su cuerpo y el de sus allegados.
En la obra The She Fox de 1985, observamos en mármol negro y formas burdas a una especie de animal en cuclillas sin cabeza, la autora quiso representar a su madre, lo que la coloca en el lado salvaje y animal. La mutilación como forma de exorcismo dice Bourgeois “es saludable, la cauterización quema con el objeto de curar. Es como podar los árboles. Eso es mi arte. Soy buena para eso” (Goroboy y Asbaghi cit. en Morris 118).
Bourgeois argumenta “aludiendo al significado personal de la pieza, resulta evidente que esta persona es mi madre. Me daba miedo pensar en la posibilidad de que mi madre no me quisiera, algo que me parece inaceptable. La llamo “zorra” porque considero a mi madre alguien muy inteligente y paciente, una persona calculadora, capaz de soportar situaciones desafortunadas. Ella era una especie de zorra en tanto que señalaba mi incapacidad para estar a la altura de las circunstancias y hacer frente a este tipo de competencia y un antagonismo que nos unía, un aspecto de nuestra relación bastante amenazador que me exaspera y conducía a la violencia. Así que traté de herirla, y en esta ocasión lo conseguí. Corte su cabeza. Rajé su garganta. Y aun así esperaba que me quisiera. La tragedia radica en saber si una persona a la que he tratado de tal modo puede ser capaz de quererme… (Bourgeois, 2002, p. 77)
Según Melanie Klein las fantasías de bestias son una forma de defensa que involucra proyección contra angustias y modifican el miedo del niño a su amenazante súper-yo y a su peligroso ello. Por horribles que sean estas fantasías, es posible que la ansiedad que expresan pueda ser más tolerable si se las refiere a algo con nombre y forma precisa.
De esta manera, Bourgeois narra “dentro hay una pequeña banqueta. […] Puedes sentarte. No es inseguro, pero sí está vacío. Nadie puede herirte. Ni siquiera tienes miedo de ser herido, pero sí temes estar solo ¿por qué? Porque has perseguido a todos hasta echarlos fuera. Estás solo a causa de tus propios actos. Así es la soledad absoluta.” (Bourgeois, 2002, p. 79)
En la escultura The She Fox, la artista retrata a su madre como una zorra, y al mismo tiempo coloca un lugar seguro, sin embargo, la madre también es mutilada, por exorcismo, vulnerabilidad y quizá para erotizar la pieza. Un tipo de escultura de tal naturaleza, agresiva, irónica y muy descriptiva para la madre. A Louise Bourgeois no le interesa captar conceptos sino emociones.
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