El consumo de alcohol, su consumo excesivo y su consumo a una edad temprana son fenómenos comunes dentro de la sociedad mexicana. Cuando un hombre y una mujer beben la misma cantidad, la mujer siempre tendrá mayores niveles de alcohol en la sangre, esto aumenta los diferentes riesgos de consumir alcohol en grandes cantidades. La diferencia del efecto del alcohol entre hombres y mujeres ocurre debido a que la concentración de agua corporal de la mujer es inferior a la del hombre, además, hay diferencias en el metabolismo, y nuestro cuerpo, a menudo, es más pequeño. Existen diversos riesgos del consumo de alcohol a largo plazo, algunos de ellos son los siguientes: trastorno por consumo de alcohol (América es la región con más mujeres con alcoholismo), daño hepático, enfermedad cardiaca, daño cerebral, cáncer de mama, entre otros. En primera instancia, es importante comprender que el trastorno por consumo de alcohol es una enfermedad donde la persona genera una dependencia a este, impactando de forma negativa en los ámbitos sociales, psicológicos y físicos. Las diferencias biológicas sobre el consumo de alcohol entre hombres y mujeres no son las únicas, existen diferencias sociales sobre la percepción de este. Mientras que hay 50% de desaprobación sobre una mujer en estado de ebriedad en una fiesta, existe solamente el 30% de desaprobación sobre un hombre en la misma situación. Además, se encontró que la variable de que una mujer viva en un ambiente de violencia familiar impacta directamente en el desarrollo de alcoholismo. Por otro lado, las mujeres beben de manera más aislada y silenciada, provocando que detectar la enfermedad en nosotras sea más difícil. El alcohol era una sustancia que se le atribuía específicamente a los hombres, al igual que el tabaco; debido a esto, una mujer que consume alcohol de manera excesiva rompe con el estereotipo de buena mujer (buena hija, buena novia, buena madre). También es pertinente mencionar que mientras el miedo de un hombre de beber en exceso puede ser entrar en una pelea; el de una mujer, es sufrir una agresión sexual. Asimismo, el estigma alrededor de una mujer bebedora es mayor al del hombre, una madre que bebe es probable que quede aislada en el tratamiento de recuperación, a diferencia de los indicadores de cuando un hombre acude a un tratamiento. Podríamos decir que una mujer puede comenzar a beber como una forma de rebeldía, ya que esta sustancia era catalogada de hombres. No obstante, no podemos ignorar que las estadísticas de alcoholismo en las mujeres están creciendo, asícomo el hecho de que estar bajo la influencia del alcohol nos pone en mayor riesgo de ser culpadas, en caso de sufrir una agresión sexual. Al igual que todos los demás aspectos, el alcoholismo también contiene tintes de desigualdad entre hombres y mujeres, se nos culpa si un hombre se nos cruza en nuestro camino en un bar por la noche y nos hace algo, por estar bebiendo y por estar fuera de noche. Consumimos alcohol de manera más silenciosa con el objetivo de no molestar nuestro entorno, vivimos con la normalización de que los hombres utilicen el alcohol como un medio para lograr objetivos sexuales, y estamos rodeadas de estigmas sociales y dificultades para acceder a tratamientos en contra del alcoholismo. Es fundamental que se visibilicen las desigualdades que hay entre hombres y mujeres a la hora del consumo de alcohol, ya sea de manera moderada o de forma excesiva, esto con la finalidad de mejorar la situación de todas las mujeres mexicanas que tienen trastorno por consumo de alcohol.
Fernanda Valeiras Estudiante en proceso de titulación de la licenciatura de relaciones internacionales y miembro del programa de honores en la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).
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