Origen del día Internacional de la mujer emprendedora
El origen del Día Internacional de la Mujer Emprendedora nació en 2014 en el consejo de las Naciones Unidas. Este organismo instauró este día dentro del calendario internacional como una fecha en la que se reconoce el esfuerzo y el valor de las mujeres emprendedoras. Desde sus inicios, este organismo, creó la Comisión de la Condición Jurídica y de la Mujer con el fin de que comenzara a promoverse la igualdad de género, así como el empoderamiento de la mujer. El 19 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Mujer Emprendedora y su objetivo es sensibilizar a la sociedad sobre las dificultades que existen en el ámbito empresarial y financiero actual para aquellas mujeres que inician en el camino del emprendimiento. Asimismo, este día también tiene la finalidad empatizar con el empoderamiento femenino en el mundo. A lo largo de la historia las mujeres han tenido que enfrentar el machismo en el ámbito laboral: brecha salarial, menor número de mujeres en cargos directivos, discriminación por ser madres, así como micromachismos (opiniones misóginas disimuladas como chistes, mansplaining y manterrupting) y lo que es todavía peor, violencia machista en grupos de personas cada vez más jóvenes, este es nuestro presente y tenemos derecho a cambiarlo. En las economías emergentes, el ímpetu emprendedor se torna cada vez más común entre las mujeres. Según un estudio realizado en 50 naciones por la Global Entrepreneurship Research Association, América Latina es la región con la más alta proporción de mujeres que emprenden su propio negocio. La situación real de las mujeres emprendedoras, según cifras del INEGI, muestran que de los casi 4 millones habitantes que hay en el país, el 19% son mujeres emprendedoras. De ese porcentaje, 49% tienen de 18 a 34 años, 41% de 35 a 54 años. Del total el 53% de mujeres emprendedoras son solteras. En cuanto a sus ganancias, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresas, las mujeres destinan más del 70% de ellas para su comunidad y su familia, mientras que los hombres sólo inyectan entre 30% y 40% de sus recursos de esta forma. Esto se relaciona con el dato del INEGI que dice que 28.5% de los hogares en México tienen como jefa de familia a una mujer. Eso sí, en términos de estudios el 65% de las mujeres emprendedoras tienen estudios universitarios, frente al 53% de los hombres (Chauvin, 2021). En Las Libres tuvimos la oportunidad de platicar con mujeres extraordinarias que han decidido emprender su negocio: Araceli, dueña de su panadería. Alma, Pamela y Blanca fundadoras de Mitsú Café. La mujer y su mirada para el emprendimiento Araceli es una mujer emprendedora, ama de casa que ha navegado por la vida con actitud, coraje, amor y valentía. Licenciada en Mercadotecnia por el Tecnológico de Monterrey y una maestría en Mercadotecnia y Alta Dirección por la EGADE Bussiness School Tecnológico de Monterrey. Trabajó desde los 18 años con el propósito de ser una mujer independiente. Ávida para las ventas se posicionó como gerente de ventas en la empresa donde trabajó los últimos 4 años. Al convertirse en madre vivió discriminación laboral por parte de su jefe. Lo que conllevo a la decisión de renunciar para poder ser madre tiempo completo. Su vida tuvo un cambio radical. Araceli dejó de sentirse como la mujer independiente que logró ser y forjó durante más de 10 años; ahora enfrentaba los retos de la maternidad y lo que esto implicaba: no tener tiempo para ella, pasar por un duelo corpóreo y emocional, un duelo de independencia y económico. Vicisitudes que aprendió a incorporar y resolver en su día a día. Fomento de trabajo Pan para el alma Araceli siempre ha tenido una inquietud por hacer pan. A ella le gusta hornear panqués desde 2008, en específico el panqué de plátano, el cual empezó a cocinar basándose en la receta de unas abuelitas que le compartieron su receta. La idea de aprender más sobre este oficio la desarrolló a partir de que Beto, su esposo, la alentara a tomar cursos de Cocina Básica Mexicana y Panadería Mexicana con el Chef Yuri de Gortari en el año 2017, donde mejoró su técnica para hacer pan. Cada fin de año, Araceli promociona sus panqués y los sabores que ofrece son variados: naranja, manzana, limón, plátano y chocolate (hecho con harina de arroz que aprendió a hacer en Corea). La característica de su panadería es que hace pedidos personalizados, para gente celiaca, diabética o con alguna alergia alimenticia. Con el apoyo de su esposo, Araceli abrirá el próximo año su panadería dentro de Toro Grill, restaurante de su esposo, donde funge como responsable de la operación del mismo. Araceli se considera a sí misma una mujer emprendedora: “las ganas de trabajar y la perseverancia son la clave para cualquier emprendimiento”, señala. Su objetivo es obtener una remuneración económica, impulsar el restaurante y que sus hijas aprendan el oficio. Araceli representa a la mujer emprendedora, caracterizada por un espíritu activo y positivo, que la lleva a asumir riesgos y compromisos, desafía al mercado y al sistema, se levanta y vuelve a empezar asumiendo los inconvenientes y fracasos como aprendizajes. Es esta mujer la que con valentía ha sabido enfrentar la desigualdad de género en el ámbito laboral que viven las mujeres desde hace años. La mujer y su gran emprendimiento en causas sociales Alma, Pamela y Blanca son tres mujeres a quienes las une el amor, la humildad y el cuidado por los gatos. Lo que con gran cariño y esfuerzo las ha llevado a formar una asociación en pro de velar por la vida de los gatos, así como su cuidado y bienestar. Su objetivo es rescatar a la mayoría de los gatos de las calles y buscarles hogar. Concientizar, orientar e informar a la gente sobre el abandono que sufren estos animales. Asimismo, los cuidados y requerimientos que se les debe tener al momento de adoptarlos: desde cómo agarrarlos, qué comida darles hasta en qué momento se les debe esterilizar. Dado que “en México son animales poco entendidos”, comenta Pamela. Mistú es la palabra que se utiliza en el zapoteco para nombrar a los gatos. La asociación Mistú surge en el año 2019 cuando deciden rescatar su primera camada. Con el tiempo la gente empezó a requerir su ayuda para continuar con los rescates. Todo el esfuerzo por sacar adelante a los felinos y las dificultades que conlleva, no solo física y emocional, sino también económicamente las ha llevado a emprender productos como: manualidades, sublimado de playeras, libretas, etc., con el fin de cubrir los gastos veterinarios que se requieren: análisis clínicos, vacunas, cirugías, medicamentos, esterilizaciones, etc. El proceso de adopción, nada fácil, largo y complicado se hace con el objetivo para que quienes los adoptan, no los abandonen en ninguna circunstancia en el futuro y puedan proveerles un buen hogar y cuidados.
Mitsú Café Es una cafetería que se inauguró en el mes de junio del presente año, la cual funge como refugio y hogar para los gatos que rescatan. Basada en un concepto asiático de los cats coffee, se complementa el disfrutar de un buen alimento con la compañía de los gatos; siendo así más fácil que los adopten, ya que interactúan con los mismos y al mismo tiempo les sirve de rehabilitación para integrarlos con los humanos. Adicionalmente a través de la cafetería se da un apoyo a Gatitos Pingo, Gatitos Tlatelolco, a Mi Primer Maullido y a una rescatista independiente vendiendo sus productos en el local, donde el 100% de las ganancias de dichos productos es para estos refugios. La Cafetería funge como la principal fuente de ganancias para mantener el refugio, aunque muchas veces han tenido que aportar de sus ganancias personales para solventar los gastos, ya que todas tienen un empleo adicional al refugio. Mistú cuenta con 6 mujeres voluntarias cuya función es ayudar a los cachorros: los bañan, los cuidan, los alimentan, etc. También están al cuidado de que los comensales no carguen a los mininos sin antes recibir instrucciones. Alma, Pamela y Blanca se consideran mujeres emprendedoras quienes relatan que se han enfrentado al machismo de las instancias burocráticas. Por lo que consideran que una mujer independiente en México debe tener visión, valor, seguridad y paciencia.Las mujeres que han decidido desarrollar empresas y negocios con un fin netamente social, son aquellas con un gran nivel de formación educativo, quienes trabajan a favor de lograr cambios sociales y para ello fundan empresas sin ningún tipo de lucro o también puede darse el caso que estas organizaciones cumplan ambas funciones, que generen ganancias propias y que al mismo tiempo sirva para prestar un servicio social. La razón de este tipo de emprendimiento es contribuir de alguna forma a resolver problemas sociales que no son atendidos por los entes competentes, que en este caso son las instituciones públicas y el estado. Un punto relevante es que los emprendimientos gestionados por mujeres deberían analizarse a partir del entorno económico y social en el que se desarrollan. Fundamentalmente, es necesario tener en cuenta ciertos valores sociales que aún pesan, tales como la falta de valoración de la mujer en los puestos de gestión, los estereotipos que diferencian las funciones según los sexos, dificultades en el acceso a formación profesional dentro de algunas disciplinas. Estos son factores que influyen en las etapas de creación, desarrollo, supervivencia y crecimiento de los emprendimientos dirigidospor mujeres. Referencias bibliográficas Chauvin, Silvia (S/A), “Cuestiones de género en el desarrollo de las microempresas”, Buenos Aires, Argentina. http://www.mujeresdeempresa.com/cuestiones-de- genero-en-el-desarrollo-de-las-microempresas/. Fecha de consulta octubre 2021. Globlal Entrepreneurship Monitor (2020) “Entrepreneurial activity across the globe in 2019”, London, p.36. https://www.gemconsortium.org/file/ open?fileId=50443 . Fecha de consulta octubre 2021. Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2021), “Estadísticas a propósito del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo)”, CDMX. https://www.inegi.org.mx/ contenidos/saladeprensa/aproposito/2021/ mujer2021_Nal.pdf. Fecha de consulta octubre 2021.
Carolina FLores Etnohistoriadora disautónoma gustosa por la vida.
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