Los derechos humanos y la importancia de la perspectiva de género
¿Qué podemos hacer para contrarrestar la discriminación permanente que vivimos las mujeres y romper las brechas de desigualdad?
Las mujeres necesitamos tener acceso a la educación. Ya sabemos que hay más mujeres que estudian, en comparación con otras décadas, pero muchas de ellas desertan de la universidad por un trabajo de cuidados, por un trabajo formal o en su mayoría informal. Las mujeres debemos tener oportunidad de acceder a puestos de alto rango, es decir ser directoras, consejeras, socias, comisionadas y empresarias. Se deben asignar salarios equitativos en función de las actividades y proyectos que se desarrollan y no en función del sexo. La Doctora Raquel Ramírez Salgado, reflexiona que el empoderamiento de la mujer debe ser económico, político y social, ya que sólo de esta manera se podrá alcanzar. Por lo tanto, como expone Alda Facio “la eliminación de normas discriminatorias se hará automáticamente con la incorporación de las mujeres al quehacer político” (Facio, 1999, pág. 21), las mujeres no debemos permitirnos la inactividad, la indiferencia o el desapego; no podemos asumir que todo va a mejorar por interés o impulsos de otros. La falta de conocimiento, interés y empatía ha provocado múltiples sesgos en la impartición de justicia los cuales, por supuesto, devienen de los instrumentos que nos rigen. Muchos compañeros podrán argumentar que conocen y se apegan a la Ley, pero ¿cuántos casos reconocen donde una mujer, en defensa propia asesina a su pareja, y pasa más años en la cárcel que, incluso, un feminicida? ¿Cuántos de ustedes reconocen casos de mujeres que han practicado un aborto clandestino porque quedó embarazada después de que su pareja o una persona desconocida la violó o abandonó? Para el primer caso, no digo que no debe aplicarse la Ley, digo que debe mirarse con Perspectiva de Género atendiendo el contexto y las causas que les orillan a tomar decisiones. Ustedes, como futuras abogadas y abogados, deben aplicar la Ley, pero también interpretarla y reformarla y, para ello, es indispensable que generen ambientes libres de toda forma de discriminación, de prejuicios y estereotipos y, como dice la reconocida y querida Marcela Lagarde, propiciar ambientes de paz, no sólo en su espacio académico,también en su comunidad, con su familia y amistades. La Perspectiva de Género, no es cosa de mujeres. Considero que, a pesar de las acciones gubernamentales a todos los niveles -algunas más deficientes que otras-, no se le ha dado el peso suficiente en la Academia. La Perspectiva de Género “es una metodología que permite identificar, cuestionar y valorar la discriminación, desigualdad y exclusión de las mujeres la cual se pretende justificar con base en las diferencias biológicas entre mujeres y hombres” (INMUJERES, s.f.).
En este sentido, y situándome en la Academia y los procesos de enseñanza, hago una invitación a las y los docentes, para que se sumen a este llamado urgente y necesario de miles de mujeres, para abonar a la erradicación de la discriminación y la violencia contra mujeres, niñas y adolescentes. ¿Por qué su papel es indispensable? Porque ustedes son guías, mentores y muchas veces inspiración y referentes de su alumnado; son ustedes quienes día a día no sólo enseñan los conocimientos definidos en un programa, también comparten reflexiones y emociones personales. Es necesario que la educación esté libre de sesgos y prejuicios. La Perspectiva de Género no quiere eliminar sus valores o modos de vida. Sé que muchas personas tienen tradiciones y normas culturales que atender por comunidad, religión o política, pero nada de esto puede estar por encima de los derechos humanos. Por otro lado, la Perspectiva de Género también “permite analizar y comprender las características que definen a las mujeres y a los hombres de manera específica, así como sus semejanzas y diferencias” (Lagarde, 1996, pág. 15), es decir, nos permite identificar qué oportunidades podemos tener en cualquier ámbito, cuáles son las ventajas o desventajas que poseemos y, sobre todo, facilita la aplicación de políticas -no sólo públicas- si no institucionales que propicien entornos seguros, equitativos y libres de violencia.
Marcela Lagarde reivindica la igualdad como un principio normativo y como un derecho que se sustenta en el principio ético de la justicia, es decir, no es justa la convivencia y la competencia en la desigualdad. (Lagarde, 1996, pág. 232). Esto me lleva a pensar, situándonos en el espacio académico y educativo en el que estamos, en la necesidad e importancia de que las Instituciones cuenten con sus mecanismos de denuncia, protocolos de actuación y Comités que atiendan casos de acoso, hostigamiento y cualquier tipo de violencia. Es necesario que quienes integran estos espacios, reciban y participen en capacitaciones constantes para informarse y trabajar en la eliminación de sus prejuicios y estereotipos. No sólo el personal operativo, también el directivo y por supuesto, los Consejos.
Quizá cuando los incumplimientos a los mecanismos de la politica nacional de igualdad sean sancionados por las instancias competentes, dejaran de ser "obligaciones" que puedan atenderse -o no- a conventillo. los esfuerzos por la igualdad también luchan contra la indiferencia. Somos conscientes que hasta en las mejores Universidades del país se han presentado casos de violencia sexual contra las mujeres, ya sea como alumnas, como profesoras o administrativas. Una de las premisas más importantes del servicio público, en casos de hostigamiento y acoso sexual, es ponderar el testimonio de la presunta víctima.
Si ustedes como docentes no les creen a sus alumnas, cuando en total confianza se acercan, ¿cómo encontrarán la forma de romper esa barrera para acceder a la justicia? Quizá cuando los incumplimientos a los mecanismos de la política nacional de igualdad sean sancionados por las instancias competentes, dejarán de ser "obligaciones" que pueden atenderse -o no- a contentillo. Los esfuerzos por la igualdad también luchan contra la indiferencia. La Perspectiva de Género y la teoría crítica feminista permiten cuestionar, como lo ha hecho la jurista feminista Alda Facio, el por qué el Derecho “además de ser androcéntrico por no darle ninguna solución a ciertos hechos sociales que no percibe problemáticos [...] también es androcéntrico por la forma cómo soluciona los hechos que sí percibe como problemáticos” (Facio, 1999, pág. 25). Ya lo exponía anteriormente: el acoso y hostigamiento sexual, la violencia familiar o psicológica, el aborto, los embarazos no deseados o el embarazo infantil, las dobles o triples jornadas de las mujeres, así como la división sexual del trabajo que con lleva a desigualdades no sólo sociales, si no económicas, no son de interés para el Derecho. ¿Por qué digo que no son de interés para el Derecho? Porque cifras del Censo Nacional de Impartición de Justicia Federal 2021, reflejan que las mujeres no alcanzamos ni el 30% de representación en los Plenos del Poder Judicial de la Federación. Algunas personas dirán que hay paridad porque del número total de personas servidoras públicas el 50.4% son hombres y el 49.6% son mujeres. (INEGI, 2021). El detalle aquí es que la paridad en números no refleja la representatividad real y sustantiva que se busca. Esta cifra brinda un escenario falso, la mayoría de las mujeres que forman parte de los poderes judiciales ocupan puestos en jerarquías menores, es decir, no son juezas ni magistradas, por lo tanto, no están en posición para impartir justicia. Todo lo que he compartido con ustedes hasta ahora, está enmarcado en un sistema que no se construyó hace poco, es decir, el sistema patriarcal -que por supuesto va de la mano con el sistema capitalista- se ha estructurado bajo una organización donde prevalece el poder y la autoridad de los hombres como única opción. Es preciso que, tanto hombres como mujeres, participemos y nos involucremos en derrocar este sistema que sigue dejando en desventaja a mujeres, niñas y niños.
Es urgente que, como futuras abogadas y abogados se pongan las gafas violetas, es decir, cuestionen y desaprendan todos esos conocimientos que les han llevado a prejuzgar, a estereotipar, discriminar o incluso violentar; ninguna persona ha estado exenta de hacerlo. Finalmente, para concluir mi participación, quiero dejar un mensaje a las mujeres que están hoy aquí: la competencia entre mujeres es el primer triunfo del patriarcado. Las exhorto a reivindicar y transformar sus relaciones con las mujeres que les rodean, a dejar de mirar a la otra como competencia o enemiga. Entre nosotras debemos construir redes que tengan objetivos colectivos y no individualistas. Dice Marcela Lagarde que la sororidad es una complicidad entre mujeres para vivir la vida con un sentido profundamente libertario. Las redes de mujeres salvan vidas, las mujeres no somos enemigas de las otras. Es necesario actuar con ética con las mujeres, para las mujeres y por las mujeres. Espero que sean ustedes las cómplices que acompañen a mujeres que requieren alzar su voz y, por muy utópico que parezca, aspiro que en algún momento dejemos de defendernos de la violencia machista. Aunque muchas cosas están hechas de buenas intenciones, necesitamos transformar la voluntad individual y priorizar el beneficio colectivo. resistimos por que queremos hacer lo correcto, no hay que dejar de intentarlo.
Por último, deseo que la comunidad universitaria siga fomentando estos espacios, donde las reflexiones y posibles críticas permitan avanzar y construir ambientes equitativos y abiertos siempre al diálogo, pero, sobre todo, que sea un espacio encaminado a instaurar la paz para cada una de sus integrantes. Notas aclaratorias: I. Título de la conferencia impartida por la autora en la Escuela de Estudios Superiores de Mazatepec en noviembre de 2021. Bibliografía: Facio, A. (1999). Hacia otra teoría crítica del Derecho. En L. Fies, & A. Facio, Género y Derecho (págs. 15-44). Santiago: LOM Ediciones. INEGI. (2021). Censo Nacional de Impartición de Justicia Federal 2021. México. INMUJERES. (s.f.). Glosario para la Igualdad. Obtenido de https://bit.ly/3un1NFj Lagarde, M. (1996). La perspectiva de género. En M. Lagarde, Género y feminismo. Desarrollo humano y democracia (págs. 13-96). Ciudad de México: Siglo XXI.
ITZEL H. SUÁREZ Adicta a los conciertos y a los libros, esclava de recuerdos, viajera empedernida y amante felina. Gestora educativa, comunicóloga y creadora de la RMLS. Feminista. TOC. Twitter: @dakotaseDKT
Comments