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Quiérete ama la vida


Yo estuve siempre atenta a los chequeos con mi ginecóloga de confianza, por más de 12 años, un día en consulta le comenté a la doctora que sentía una bolita en el pecho izquierdo, y me dolía un poco; ya se lo había comentado citas atrás, y me dijo que no me preocupara, que era que estaba menstruando, cuando le dije que sentía dolor, me mandó a realizar estudios: mastografía y ultrasonido mamario. Y dudé, le hice el comentario a mi cuñada, quien con preocupación me dijo: te recomiendo que con esos estudios te vayas al FUCAM (Fundación de Cáncer de Mama). Así lo hice, el personal fue muy atento, saqué la cita, me la dieron y cuando acudí me recibió uno de los oncólogos, quien checó los estudios, y me dijo que necesitaba una biopsia. En ese momento sentí que había algo raro y una semana después regresé y recibí la noticia acompañada de mihermana: tenía cáncer de 3er.grado. El doctor preguntaba por qué había esperado tanto para atenderme, y con llanto yo le respondí, que siempre me había checado, porque me quiero; pero la ginecóloga donde asistía me dijo que no debía preocuparme. El me respondió que le apenaban sus colegas por dinero y que por negligencia hicieran esas cosas. Me explicó todo el proceso al cual tenía que someterme, de ahí salí devastada y triste, aún sin saber que era lo que seguía con mi vida; me pasaron a las oficinas de Trabajo Social para hacerme un estudio socioeconómico, aunque yo por mi trabajo soy derechohabiente del ISSTE, por apoyo económico de mis hermanos decidieron que me quedará ahí. El 17 de noviembre de 2017 entré a cirugía, fue una mastectomía radical, procedimiento quirúrgico que implica la extirpación de la mama, el músculo pectoral subyacente y los ganglios linfáticos de la axila, sentía mucho dolor y me dejaron dos drenes, que son un dispositivo que se utiliza en el campo de la medicina para evacuar sangre, pus u otros fluidos de un sitio anatómico en un paciente.

Ahí no termina todo, en enero de 2018 inicié las 16 quimioterapias y antes de que me las aplicaran tenían que tomar muestra de sangre para conocer el nivel de hemoglobina, porque si esta sale baja, no pueden aplicar la quimio. En la tercera quimio, empecé con dolores de cabeza intensos, cansancio; no tenía hambre, pero comía porque tenía que hacerlo para estar bien, aunque los alimentos solo me sabían a medicamentos y no sentía casi los sabores; mientras pasaban más quimios, sentía más los efectos, ya no podía dormir y me dijeron que para que no sintiera tanto dolor de cabeza me rapara, y era lo mejor, ya que cuando me bañaba, me quedaba con mucho cabello en mi mano y cuando me peinaba, mucho peor, también se me cayeron las cejas y pestañas; sentía lo peor, pero me encomendé como siempre a Dios y a la Virgencita de Guadalupe, y les pedí por mi salud, así como el apoyo de toda mi familia, a quienes amo porque siempre estuvieron dándome muchos ánimos. En FUCAM me hice de buenas amigas, las cuales tenemos un grupo llamado AVE FÉNIX, como esta ave, semejante a un águila mítica Inca, que un día resurgirá de sus cenizas; así nos entendíamos, pues estábamos pasando por la misma situación, y juntas decíamos que no importaba que no tuviéramos cabello, lo importante era que superáramos él cáncer; nos dábamos ánimo, y con actitud seguíamos nuestros tratamientos. Después de varios meses terminé las quimios, con moretones en la mano y en el brazo derecho que de tantos piquetes quedaban las venas endurecidas, y todavía seguimos para terminar en su totalidad y combatir con radioterapias Me explicó el oncólogo que este tratamiento no solo destruye o hace lento el crecimiento de las células cancerosas, puede también afectar las células sanas de alrededor, por lo que la reacción que tuve fue cansancio y desgaste, ya que en esta etapa regresé a trabajar con toda la actitud, pues ya se me habían terminado las incapacidades y así terminaba el tratamiento, llegaba a descansar un poco, y después a trabajar. Todo esto no lo hubiera podido resistir sola, como anteriormente lo expresé, mi hermana fue un ángel, porqué ella me llevaba a todos mis tratamientos, estudios y consultas, además de que en casa me atendía y motivaba para todo. Así es mujeres hermosas, nunca dejen de checarse y si hay dudas busquen otras opiniones y con doctores especialistas en el tema; que esta experiencia les sirva para prevenir, quiéranse mucho, y mi mejor consejo con gusto se los comparto, ya que hoy sigo, después de tres años, continuando mis consultas de seguimiento que son cada seis meses, y con alegría grito a los cuatro vientos la felicidad de estar VIVA.





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